Cuando Alí P., de 31 años, por fin logró su cita para tramitar el estatuto de refugiado en nuestro país, se encontró con un muro de hormigón. «El funcionario me dijo que nada de lo que llevaba servía», dice a LA RAZÓN. «Ni siquiera quería poner que soy homosexual, cuando una de las causas de asilo es la persecución por pertenecer al colectivo LGTBI+», añade. Llegó a Madrid hace apenas dos meses, y en Kifkif ha encontrado todo el asesoramiento necesario para argumentar que, efectivamente, tiene derecho a solicitar asilo en España. Madrid se ha convertido en su hogar en este tiempo. Ese hogar en el que busca, simplemente, «tener una vida normal».

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#HuirDeLaLGTBIfobiaAlí, de Venezuela a Madrid en busca de “una vida normal”