En este Día Contra la LGTBIfobia celebramos los 30 años que han pasado desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sacara en 1990 la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Una fecha elegida por organizaciones y asociaciones LGTBI, así como por Naciones Unidas. Aunque parece que ha llovido mucho desde entonces y que hemos avanzado en igualdad y en derechos LGTBI, nada más lejos de la realidad.

El último mapa de ILGA Europe muestra un escenario preocupante para la comunidad LGTBI en el continente, en un momento en el que la pandemia por Covid19 ha desencadenado una crisis social y sanitaria que golpea desproporcionalmente a colectivos y personas especialmente vulnerables.

Las personas migrantes y refugiadas LGTBI que escapan de la violencia en sus países de origen se han encontrado con una Europa que retrocede en derechos para el colectivo. Lo que provoca una gran incertidumbre sobre el rumbo que cogerá Europa en este ámbito.

Previamente a la crisis sanitaria y social por el coronavirus, gran parte de ellos contaban con trabajos informales, sin estar dados de alta en la seguridad social y sin ningún tipo de ayuda. El Estado de Alarma en España y en tantos otros países ha provocado que se encuentren sin ingresos y excluidos de las medidas sociales extraordinarias aprobadas por los gobiernos de turno al encontrarse en situaciones administrativas irregulares.

En este caso, ILGA Europa recuerda que Polonia está examinando un proyecto de ley que dañaría la educación LGTBI, y que compara a los homosexuales con los pederastas, mientras que Hungría está tratando de bloquear el cambio legal de género para las personas trans. Este tipo de medidas ha provocado que un número importante de europeos se vean obligados a abandonar sus países de origen en busca de otros más seguros.

El nuevo mapa también arroja una realidad estremecedora para el colectivo LGTBI al reflejar el aumento de los discursos de odio hacia la comunidad LGTBI. Este hecho se suma solicitantes de asilo y refugiados LGTBI escapan de sus países de origen por miedo a poner en riesgo su vida y llegan a una Europa cada vez menos comprometida en el avance de derechos del colectivo. Países líderes como Alemania, se están quedando atrás en sus compromisos de igualdad para las personas LGTBI.

El panorama mundial actual ya es preocupante de por sí, al haber todavía 72 países que persiguen a las personas LGTBI, y que se ven forzadas a huir de su tierra natal. Esto supone que un 40 % de la población mundial vive en países en los que la comunidad es perseguida. Algunos de los cuales prevén cadena perpetua o la pena capital. Limitaciones de libertades en Rusia, la matanza de personas LGTBI en Chechenia o la ley mata gays en Uganda, así como los latigazos y pena de muerte en Irán, entre otros, constituyen la realidad a la que nos enfrentamos las personas migrantes LGTBI.

A la lista de estos países se añade que la cuarentena por el coronavirus ha hecho retroceder en derechos a países como Corea del Sur, por ejemplo. Estos días hemos conocido como ha habido un rebrote por coronavirus en una zona de ocio LGTBI en la capital del país asiático, lo que ha provocado que muchos ciudadanos, presos del miedo, hayan rechazado hacerse las pruebas del virus para evitar ser señalados por su orientación sexual. Algunos medios de comunicación no han dudado en culpar a la comunidad, promoviendo el acoso. Esto ha dejado testimonios que han reconocido “si me hacen la prueba sabrán que soy gay”. Lo que ha provocado despidos laborales, tendencias suicidas, ansiedad y, de nuevo, un estigma social.

En Marruecos, hemos sido testigos de un ‘outing’ masivo por parte de personas lgtbifóbicas que han revelado la identidad de compañeros LGTBI por medio de aplicaciones de citas. Una campaña de odio que inició una influencer, y que se ha saldado con la expulsión de personas de sus hogares, en un momento en el que el confinamiento les obligaba a estar en un entorno LGTBIfóbico, y con suicidios por no poder afrontar el odio vertido hacia ellos.

De vuelta a Europa, organizaciones LGTBI siguen insistiendo en que Alemania levante la prohibición para que los homosexuales puedan donar sangre, lo que sigue siendo claramente discriminatorio y que promueve el estigma social del colectivo. En España, este 14 de mayo se ha conocido que en 2019 aumentaron un 58 % las denuncias por delitos de odio y agresiones LGTBIfóbicas en Barcelona. Un dato que se extrapola en todo el país, debido a la bandera del odio que promueven fuerzas populistas y ultraderechistas, y que ponen en el centro de todo su odio a  los refugiados LGTBI.

Un año antes, la Asociación Arcigay publicaba que se habían producido 187 ataques homófobos en Italia, un 33 % más que en 2017. Todo ello ha provocado que personas de países como Hungría o Polonia se vean forzadas a huir a países más seguros por su integridad y su vida.

Desde Kifkif trabajamos a diario por los Derechos Humanos de migrantes y refugiados LGTBI con el objetivo de combatir definitivamente la LGTBIfobia. En lo que llevamos de año, hemos atendido a 800 personas solicitantes de asilo LGTBI, refugiados y migrantes.

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