Kifkif, la asociación de migrantes y refugiados lesbianas, gays, bisexuales y transexuales de Madrid, celebra este viernes 25 el Día de África, una jornada en la que queremos reivindicar los fuertes lazos que nos unen, ensalzando la interculturalidad, la diversidad y el potencial humano del continente africano. También alzamos la voz por los derechos de las africanas y los africanos que han emprendido la diáspora africana hacia Europa, arriesgando su vida en busca de una vida más digna o huyendo de la pobreza o la persecución a causa de su orientación sexual o identidad de género, entre otras causas.

Celebramos el Día de África porque África une. Aquí en la Comunidad de Madrid, somos vecinos, estamos en las calles, en los barrios, en la tienda de la esquina, en vuestros grupos de amigos, en la facultad; en definitiva, somos una familia, somos parte de Madrid. Un pueblo multicultural y heterogéneo del que hay mucho que aprender y cuya aportación es esencial para enriquecer nuestra sociedad.

Desde hace 28 años, cada 25 de mayo se conmemora el nacimiento en 1963 de la Organización para la Unidad Africana (OUA), en la actualidad reemplazada por la Unión Africana. Aquel histórico día, 33 líderes de estados africanos dejaron aparcadas sus diferencias para promover la libertad de aquellos países del continente que estaban todavía bajo el dominio colonial, así como defender su soberanía así como la dignidad y los derechos humanos de las africanas y los africanos. Uno de los mayores éxitos de esta organización regional fue la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, una declaración identitaria que centró sus esfuerzos en los derechos de los pueblos a la  autodeterminación y en la lucha contra la discriminación racial, frente a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, concebida bajo el prisma de Occidente.

Pese a los grandes avances conquistados por el continente en los últimos años, desde Kifkif, como migrantes y refugiadas que somos, no podemos dejar de denunciar en una fecha como ésta la lgbtifobia institucional dominante en la mayor parte de los países de África, donde las relaciones homosexuales son un delito penado con la cárcel en 37 estados de la Unión e incluso castigada con pena de muerte en Sudán y algunas provincias de Somalia y Nigeria.

Desde Kifkif aplaudimos los avances conquistados por el activismo LGBTI en África pese a las amenazas, la persecución y la represión. Entre sus últimos éxitos destacamos el fin de los humillantes exámenes anales a los acusados de ser gays en Kenia. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer cuando aquellas personas que se atreven a hacer pública su homosexualidad se ven expuestas al repudio familiar, la exclusión social, agresiones e incluso a la muerte. Una situación asfixiante que nos empuja a emigrar para ser y sentir.

Catorce kilómetros es lo que separa España de África. Una distancia ‘a priori’ pequeña pero en cuya travesía se pierden muchas vidas, demasiadas. Según Human Rights Watch, más de 15.000 personas han fallecido en el Mediterráneo tratando de llegar a las costas europeas en busca de una vida digna, convirtiendo a este mar en el mayor cementerio de migrantes del mundo. Por ello, en Kifkif exigimos el cumplimiento de los acuerdos europeos en materia de asilo y refugio para aquellas personas que lo demanden por la persecución que sufren en sus países de origen, así como la no criminalización de las ONG que a diario salvan miles de vidas en el Mediterráneo, como recientemente está ocurriendo en países como Grecia o Italia, en lugar de poner el foco en luchar contra las mafias que trafican con seres humanos sin ningún tipo de escrúpulos ni respeto a la vida ni la dignidad.

Desde Kifkif queremos poner el foco también en la doble discriminación a la que se enfrentan aquellas personas africanas que llegan a nuestro país por su orientación sexual e identidad de género y su condición de migrante y refugiado.

Denunciamos el racismo, la xenofobia y la hostilidad hacia los migrantes africanos, lacras que desgraciadamente están presentes en nuestro país y a las que nada contribuyen la obsoleta Ley de Extranjería, los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), los controles de indentificación por perfil racial (redadas racistas) y los enormes obstáculos que tienen estos migrantes a la hora de legalizar su situación. Todo ello solo conduce a criminalizar a estas personas e incrementar su vulnerabilidad y estigmatización.

Frente a esta situación, apostamos por la solidaridad, el respeto, la dignidad igualitaria y el respeto como bases para luchar por los derechos de las personas africanas que vivimos en España. También, desde Kifkif hacemos un llamamiento a que los poderes públicos reconozcan nuestros esfuerzos y nuestra lucha por conseguir una vida digna en España.

Por último, creemos necesario apostar por promover y fomentar el asociacionismo africano como instrumento para la inclusión social, para fortalecer al colectivo como actor político y motor de cambio, para estrechar aún más los lazos entre África y Europa y para la promoción del codesarrollo con los países del continente africano. Porque creemos que juntos somos mejores, solo unidos podremos avanzar con éxito hacia una sociedad más libre, igualitaria y libre de prejuicios.

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