Kifkif, Asociación de Migrantes y Refugiados Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales, conmemora este 1 de diciembre, el “Día Mundial de la Lucha contra el Sida”. En esta fecha señalada queremos poner énfasis en el ‘cuarto 90’, que es un objetivo adicional propuesto por investigadores y activistas comunitarios a la Estrategia Global de la Organización Mundial de la Salud (90-90-90) y que hace referencia a la calidad de vida de las personas con vih.
Madrid, 29 de noviembre de 2019. El próximo domingo celebramos el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, un día clave para dar a conocer los avances contra la pandemia de vih/sida causada por la extensión de la infección del vih. El lema de este año es “Las comunidades marcan la diferencia” y desde Kifkif queremos marcar la diferencia dentro de nuestra propia comunidad migrante, tomando conciencia de los conflictos emocionales a los que se enfrentan muchas personas que conviven con el virus.
En la Cumbre Mundial de Ministros de Salud de 1988, dentro de los programas para la prevención del Sida, se declaró el «Año de la Comunicación y la Cooperación sobre el Sida». La Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que el 1 de diciembre se declarase Día Mundial del Sida y la propuesta tuvo el apoyo de la Asamblea Mundial de la Salud y de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Desde entonces, han seguido la iniciativa gobiernos, organizaciones internacionales y ONGs de todo el mundo; pero sabemos que queda mucho por hacer en el marco del sentir y de las emociones.
Durante este último año, nuestra entidad ha registrado un total de 24 reactivos frente al vih en nuestro servicio de prevención y diagnóstico precoz, lo que supone un 5,01% del total de pruebas realizadas en nuestras tres sedes. Además, el número de consultas y/o atenciones solicitando tratamientos antirretrovirales por parte de personas migrantes seropositivas que han tenido que abandonar sus países de origen y/o denunciando episodios de discriminación y serofobia, ha supuesto un 225% frente al número de nuevos casos de diagnóstico positivo. Ante estas cifras, más que nunca somos conscientes de que en la era de la indetectabilidad no solo es necesario garantizar la supresión viral y seguir progresando en la parte médica, sino que es de vital importancia trabajar emocionalmente; apostando por mejorar la calidad de vida y garantizando los derechos humanos, inherentes a cualquier persona, independientemente de su estado serológico.
Desde los primeros diagnósticos en 1981, se estima que de los 78 millones de personas infectadas por vih a nivel mundial, alrededor de 39 millones han muerto a causa del Sida o de enfermedades relacionadas, siendo una de las epidemias más destructivas de la historia. Según las últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia del Sida (ONUSIDA) actualmente hay 37 millones de casos en el mundo y el número de muertes relacionadas con el sida no llega a 900.000, frente a los casi dos millones que fallecieron en 2005. Además, a día de hoy son más de 22 millones de personas las que tienen acceso a antirretrovirales, frente a las poco más de 600.000 a principios de los años 2000. Es por ello, que nuestra organización, además de seguir fomentando la prueba rápida y el diagnóstico precoz de la infección y de facilitar el acceso a la terapia antirretroviral para conseguir la supresión viral, apuesta paralelamente por la detección temprana de situaciones de discriminación para disminuir los niveles de incidencia.
Desde nuestra perspectiva de migración y refugio, consideramos que la discriminación múltiple (racismo, serofobia, etc.) genera un marco de vulnerabilidad, que no solo crea barreras de acceso y disfrute para las personas seropositivas, sino que puede llegar a limitar corporal y emocionalmente llevando en muchas ocasiones a un estado de autoexclusión y repulsa hacia uno mismo. A través del trabajo de pares y de nuestros grupos de socialización, tratamos de generar espacios seguros, íntimos y confidenciales, con el objetivo de poder disfrutar de una red de apoyo y vivencial sólida y en la que el estigma y la discriminación no solo no tengan cabida, sino que sean intransmisibles.
Recordemos que en España aproximadamente un 40% de las infecciones por vih corresponde a personas migrantes, provenientes de otros países, y que cada año se estiman unos 600 nuevos casos de Sida. SEISIDA ha realizado en los últimos años diversas investigaciones en las que ha medido la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en personas con vih y los resultados han mostrado que las dimensiones de salud física, nivel de independencia y salud del ambiente son las que obtenían mejores puntuaciones, mientras que las dimensiones psicológica, social y espiritual o existencial eran las que presentaban puntuaciones más bajas. La satisfacción con la vida sexual, el estigma, la preocupación por el futuro, los sentimientos negativos, los recursos económicos y el sueño eran también aspectos de la CVRS especialmente afectados. Añadir finalmente que las mujeres (en mayor número las migrantes) puntuaban más bajo en casi todas las facetas de la CVRS, especialmente en el caso de la satisfacción sexual.
Además, nuestro país está aún lejos de alcanzar el objetivo del ‘cuarto 90’ y para ello, será necesario centrar los estudios y las acciones en los factores que más influyan en el deterioro de la calidad de vida y teniendo en cuenta los perfiles más vulnerables, como podrían ser las personas migrantes y refugiadas y las personas supervivientes con un cuadro crónico de larga duración.
Durante 2019 Kifkif nos hemos adherido al “Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al Vih”, iniciativa impulsada desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y cuyo objetivo es eliminar el estigma y la discriminación asociados al vih y al sida, garantizando la igualdad de trato y de oportunidades, la no discriminación, el respeto de los derechos fundamentales y la diversidad de las personas afectadas. También participamos en la Ruta #YoTrabajoPositivo, campaña de información y sensibilización a favor de los derechos laborales de las personas con el vih y propuesta por la organización estatal Trabajando en Positivo. Y es que debemos tener muy presente que como constatan la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no existe riesgo de transmisión del vih en el lugar de trabajo y como ratifica la doctora Vivancos, médica especialista del Servicio de Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, con quienes mantenemos labores de coordinación y derivación de personas seropositivas sin regímenes antirretrovirales, “la evidencia científica confirma que las personas con el vih pueden realizar cualquier ocupación, labor u oficio”.
Jorge Beltrán, coordinador del área de salud de Kifkif asevera que: “Solo con pastillas no vamos a terminar con el vih/sida, ya que todavía hay muchas personas con miedo a hacerse la prueba por el posible estigma y se siguen registrando 4.000 nuevas infecciones al año en nuestro país. Además, son más de 170.000 las personas con vih en España y una de cada cinco no está diagnosticada. Por lo que todavía queda mucho por hacer en temas de sensibilización y concienciación en gran parte de la población y del ámbito social y/o sanitario que trabajan con personas seropositivas”. “Es hora de acabar con el constante cuestionamiento del seroestatus y la tendencia a la desarmarización serológica una y otra vez ante una nueva práctica sexual y/o el inicio de una relación afectiva, que no hace más que vulnerabilizar a la persona”.
En definitiva, en Kifkif estamos convencidos de que en la era de la indetectabilidad, la garantía del éxito radica no solo en la supresión viral que permita un estado inmune saludable, sino también en una buena adherencia al respeto de la intimidad y de los derechos humanos relacionados con el vih/sida y que hagan de la serodiferencia una posibilidad más e igual de válida que el resto. Por ello, es importante sentarse a revisar los logros conseguidos, así como analizar las metas que aún quedan por conseguir en el futuro, partiendo siempre de la promoción y protección de dichos derechos. En este sentido, recomendamos buenas dosis de información, empatía y humanidad y volcaremos todos nuestros esfuerzos para que así sea en 2020.