La Asamblea del Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid (CJCM) aprobó este sábado la propuesta presentada por Kifkif, Asociación de Migrantes y Refugiados Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, en la que se pedía que no se aplicara el veto parental –conocido como “pin parental“- en dicha región, y que no contó con ningún voto en contra y con la posición a favor de los Jóvenes de Ciudadanos.
Así, el Consejo de Juventud rechaza la implantación del “pin parental” en la Comunidad de Madrid que, como determinados sectores conservadores venían pidiendo al tomar de ejemplo la Región de Murcia, y donde el Gobierno español ya ha exigido la retirada de esta medida en la escuela.
En Kifkif celebramos este gran paso dado por la CJCM de rechazar esta medida que contraviene la Constitución y las normas educativas, pero sobretodo que contradice el derecho fundamental y constitucional de los niños, niñas, niñes y adolescentes a recibir una formación integral basada en los principios y valores de nuestra democracia.
En concreto, agradecemos a todas las entidades del consejo por el respaldo recibido y, especialmente, a Juventudes Socialistas de Madrid al presentar una resolución en el mismo sentido y que ha asumido nuestra propuesta, así como a la Secretaría General de los Jóvenes de Ciudadanos, por tomar partido visible a favor de la educación en diversidad.
En este sentido, los Jóvenes de Ciudadanos votaron a favor de no implantar dicha medida en la Comunidad de Madrid, por lo que se desmarcaron de ciertos sectores de su partido a nivel nacional, que defienden la implantación del veto parental, tal y como ocurrió en la Región de Murcia con el Gobierno de PP, Cs y Vox.
Ante este escenario, entendemos la urgencia de tomar posición respecto al veto parental, ya que atenta directamente contra la igualdad entre hombres y mujeres, la tolerancia y el respeto a la diversidad, además de atentar contra la sociedad diversa al dar alas al racismo, la LGTBIfobia o el machismo.
En conclusión, los valores que buscamos no constituyen parte de la moral personal, sino de la ética que se emana de los principios impíos comunitarios, que venimos conformando como sociedad democrática.