La migración y el refugio LGTBI, queer o sexilio son los movimientos migratorios de personas lesbianas, gays, transgénero, bisexuales, intersexuales, queer y/o otras identidades, tanto a nivel nacional como internacional, que huyen de la discriminación, la persecución LGTBIfóbica, los crímenes de odio y, en algunos países, de la penalización de la diversidad sexogenérica.

Actualmente, 69 Estados siguen criminalizando los actos sexuales consentidos entre personas adultas del mismo sexo y en 11 Estados se permite castigar tales actos con pena de muerte. Además, aunque los actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo son legales en 124 Estados de la ONU, dicha legalidad a menudo no garantiza un entorno de vida seguro para las personas LGTBI, y la estigmatización social sigue siendo alarmantemente alta en muchos de estos países.

El contexto de amenaza y riesgo de vida de personas LGTBI debido a prejuicios y estigmas sociales se ve favorecido por grupos políticos conservadores y grupos religiosos fundamentalistas que se niegan a reconocer y respetar la orientación sexual o la identidad de género como parte de la dimensión humana que merece aceptación social.

Las personas LGTBI suelen migrar solas, ya que a menudo huyen no sólo de sus países, sino también de sus propias familias y/o entornos más cercanos. Mientras tanto, al llegar a un nuevo país, igualmente se enfrentan al rechazo a su diversidad sexogenérica, lo que las aleja de sus comunidades de origen, además del rechazo a su condición de personas migrantes que conlleva que sean víctimas de un doble prejuicio, por ser migrantes y por ser LGTBI, dificultando su integración en las comunidades locales. 

Según el informe sobre la evolución de los delitos de odio en España en 2021, presentado por el Ministerio del Interior, los delitos en España contra personas LGTBI han aumentado un 68 % con respecto a 2019,, mientras que los delitos con un móvil racista y/o xenófobo han aumentado 24 % con respecto a 2019 y 32 % con respecto a 2020.

Las personas migrantes y refugiadas LGTBI están igualmente expuestas a otras vulnerabilidades como la dificultad para acceder al mercado laboral, que en muchos casos lleva al trabajo sexual, principalmente entre personas trans, y la dificultad en acceder al sistema de salud, lo que afecta desde migrantes embarazadas hasta las personas VIH+. 

En España, mientras que las personas migrantes representan el 14 % de la población, el 40 % de los nuevos casos de VIH diagnosticados en el último año se dieron en personas procedentes de otros países, principalmente de América Latina y África subsahariana, según datos de SEISIDA.

A punto de finalizar el año, desde Kifkif hemos realizado 699 atenciones a personas migrantes VIH+, de manera presencial y a través de nuestro servicio de consultas en línea.

El 80 % de las personas que han acudido a Kifkif durante 2022 relatan haber sido víctimas de insultos, acoso, burlas, humillaciones, persecuciones y hasta un 20 % de agresiones físicas. Más allá de las cifras, las personas que atendemos diariamente nos cuentan el estigma, la discriminación, el miedo, el sufrimiento, la soledad y la huida relacionados a su estado serológico. 

De hecho, ser VIH+ es igualmente una de las razones por las cuales las personas migran o solicitan asilo, huyendo de sus países de origen a causa de la falta de atención médica, la serofobia y hasta la criminalización de la transmisión del VIH. Actualmente, 75 países cuentan con leyes que penalizan la posible transmisión del VIH. 

En relación a la diversidad sexogenérica, el riesgo de infección para los hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres es 22 veces mayor que entre el resto de hombres, y 12 veces mayor para las mujeres transgénero que para los demás adultos de entre 15 y 49 años, de acuerdo con ONUSIDA.

En el caso de las enfermedades de declaración obligatoria como el VIH, es común que existan trabas para que las personas en situación administrativa irregular obtengan los tratamientos necesarios en los sistemas públicos de salud.

Por todo ello, todavía queda mucho por hacer en la lucha por los derechos de las personas migrantes y refugiadas, aún más cuando se trata de personas de grupos socialmente vulnerables como las personas LGTBI, expuestas al racismo y/o a la xenofobia, a la LGTBIfobia y a menudo a la serofobia. 

En el Día Internacional del Migrante, desde Kifkif reafirmamos nuestro compromiso con los derechos de las personas migrantes LGTBI, ofreciendo apoyo social, psicológico y jurídico, generando alianzas con otras organizaciones y colectivos que hacen parte de esta lucha interseccional, e instamos a las administraciones que garanticen los derechos humanos y una calidad de vida digna, independientemente del país de origen o de su situación administrativa.

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