Desde algunas entidades del tercer sector trabajamos en que se dé un abordaje rico, inclusivo y amplio del lenguaje en los medios de comunicación y en la sociedad. Un primer paso para la conciencia colectiva y el avance de los derechos humanos de las personas migrantes LGTBI. Esta labor es necesaria que vaya de la mano con el ámbito universitario, institución que educa, forma y crea conciencia a las nuevas generaciones, entre los que se encuentran los jóvenes. Una sociedad que no equipara en igualdad de derechos y excluye a alguien por ser diferente o pertenecer a una minoría es un termómetro que lo que nos indica es que hay falta de derechos humanos. Una pesimista consecuencia que afecta a la sociedad entera.

Como señalábamos anteriormente, el uso correcto y preciso de los términos es un primer paso para empatizar con la otra persona y, por consiguiente, crear respeto y acercar la realidad que nos rodea. En este artículo abordamos cuál es el uso correcto de los términos para referirnos a las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo LGTBI. En la actualidad existen medios de comunicación que se resisten al cambio inclusivo, aún y así cuando la ciudadanía ha demostrado grandes dosis de sensibilidad y empatía. Un factor que se ha difuminado con el aumento de las fuerzas de ultraderecha en la Unión Europea. Ello coincide con la consolidación de las redes sociales y el uso del móvil como receptor de información, que se sitúa como herramienta predilecta de los jóvenes.

En este caso, el diario digital OKDiario usa, de forma habitual en el tratamiento de sus noticias, el término de “inmigrantes ilegales”, en alusión a las personas migrantes que se encuentran en situación administrativa irregular, y habla de “papeles”, en referencia a la expedición de documentación, tales como la tarjeta roja, hoja blanca o la tarjeta de la seguridad social. El término “ilegal” crea distancia para definir a alguien que se encuentra “al margen de la ley”, invisibilizando el conjunto de historias de las personas que dejan atrás toda una vida para poder vivir en libertad o en condiciones humanas.

“Inmigrantes ilegales”: NO

“Personas migrantes en situación administrativa irregular”:

Otro de los término estigmatizadores son los relativos a la “condición sexual”, en alusión a la orientación sexual, un término que quedó desplazado en 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de su listado de desórdenes mentales. Al no ser una enfermedad no se puede tratar como condición. Algo que, entre los jóvenes nacidos a posteriori, no se puede olvidar.

Lo mismo sigue ocurriendo cuando se niega la identidad de género de una persona. En este caso fue el periódico ABC el que rechazó la identidad a la primera ministra belga trans, Petra de Sutter, haciendo alarde de la transfobia y fuerte carga ideológica contra el avance en derechos del colectivo. 

HEMOS VISTO…

 ‘Inmigrantes ilegales’: aceptar esta terminología es aceptar que hay ciudadanos legales e ilegales, ciudadanos beneficiarios de derechos humanos y otros que no lo son. Por ello tenemos que hablar de personas en situación administrativa irregular, puesto que lo que hace referencia es al estado de la burocracia.

‘Condición sexual’: la orientación y diversidad sexual no es una elección al uso, sino una identidad. Este término es común en la sociedad predominante: heterosexualidad, que excluye cualquier otra forma de amar, sentir y ser.

‘Hombre trans’ en alusión a una mujer trans: estamos negando la identidad de género de una persona y su derecho a ser.

El lenguaje inclusivo es vital para que el mensaje sea de respeto. Así, contribuiremos a crear una estructura social rica de pluralidad y diversidad, la única forma de que todas las personas, con independencia de su orientación, país de origen, religión o identidad de género, entre otras, tengan cabida en la sociedad.

Este mensaje es clave en las universidades de comunicación y periodismo, ya que supone una de las principales herramientas para evitar la doble discriminación y revictimización de un colectivo como el migrante LGTBI.

De respetar todo ello, daremos con una estructura masiva y rica de pluralidad, que es lo que habita en una sociedad, colectivos de muy diversa índole. No obstante, así podremos evitar los prejuicios. En las universidad de comunicación y periodismo, esta es una de las principales herramientas para evitar la doble discriminación y revictimización de un colectivo como el migrante LGTBI.

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TránsitoLa esperanza de las nuevas generaciones (IV)