La nueva responsable de LGTBI del PSPV, Daniela Requena, dice que no aportará nada más al proyecto de Ley Trans y despierta la inquietud de Guillem Montoro, de Compromís, y de Kifkif, la asociación de personas LGTBI migrantes.
Daniela Requena, la nueva incorporación del PSPV como secretaria LGTBI de la provincia de Valencia, comenzó su andadura en el partido socialista recorriendo varios medios de comunicación para dar su opinión sobre diversos temas. Uno de ellos, en concreto el de sus declaraciones sobre la Ley Trans-LGTBI, ha suscitado la atención de varias personas y colectivos, entre ellos, Kifkif.
En concreto, Daniela Requena, en una entrevista en À Punt Radio, al ser preguntada por el anteproyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas Trans-LGTBI, dijo que “no aportaría nada más” al texto, considerándolo adecuado tal y como está ahora. Estas palabras le han valido la respuesta de su homólogo de Compromís, Guillem Montoro, uno de los referentes trans de la coalición y concejal en Paiporta.

Montoro ha recordado a Requena sobre la Ley Trans-LGTBI que “dónde están los derechos de las personas no binarias, las migrantes o los menores”. “Queda mucho por hacer, mucho”, señala Montoro a la socialista, que también forma parte del servicio Orienta de la Generalitat. Para Compromís, “las personas no binarias merecen ser reconocidas, las personas migrantes que huyen de sus países necesitan ayuda y reconocimiento legal, y los menores de edad aún necesitan pasar por un procedimiento judicial patologizante”. Así se lo hizo saber a Daniela Requena, en la misma línea en la que se ha pronunciado Kifkif, la asociación de migrantes y refugiados LGTBI.
Esta asociación ha mostrado su preocupación por las declaraciones y ha pedido una aclaración al PSOE, tras varios indicios significativos de este partido en relación a la inclusión de las personas trans migrantes en la ley.
A pesar de que ya han transcurrido 3 días desde entonces, Requena, “influencer” en redes sociales, no se ha tomado la molestia de contestar. Un silencio alarmante, teniendo en cuenta lo que está en juego.