Néstor Hernández, activista LGTBI de Honduras Diversa, celebrará este Día Internacional del Orgullo LGTBI+ en España, concretamente, en Bilbao, donde trabaja en distintos proyectos para dar a conocer la realidad del colectivo en su país de origen, tales como el lanzamiento de
una petición para que en Honduras se prohíban las terapias de conversión y practicas reparativas, un informe de delitos de odio LTBI+ y la situación actual que atraviesan las personas diversas en Honduras.

“Te vuelves activista cuando empiezas a cuestionar el abuso de autoridad, cuando aprendes que tu voz es más poderosa si se une a la de otras personas que luchan por lo mismo y, sobretodo, cuando te convences de que el cambio no sucederá si no empiezas por impulsarlo tú.
No me gusta el mundo en el que vivo y lo más coherente es trabajar mi compromiso de acción social en mi realidad más inmediata”, comenta.

En estos momentos dispone del estatus de refugiado temporal y duda sobre sus planes cercanos: si regresar a su país o quedarse a salvo en territorio español. “Quiero seguir luchando por los derechos LGTBI+ en mi país, y sé que, si me quedo en España, el impacto de
la lucha va a ser menor”, cuenta.

Néstor explica por qué muestra su cara y no se esconde. “En primer lugar, porque sé que mostrándome y visibilizándome ayudo a otros compañeros, y luego, porque el Gobierno de Honduras me conoce ya. No hay nada que esconder”. Este activista, que inició su lucha hace
seis años, fue seleccionado por el programa vasco de protección para Defensoras de Derechos Humanos, coordinado por CEAR Euskadi, ya que en su país estaba siendo perseguido por su orientación sexual y los maras y pandillas –organización internacional de pandillas criminales-, quienes asesinaron a su primo para silenciarlo. No lo consiguieron.

Pese a que Honduras promovió en 2013 una modificación del Código Penal para garantizar la protección legal contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, debido a las altas cifras de agresiones LGBTI+fóbicas. Desde 2009 se han asesinado a 357 personas LGTBI en el país , de las cuales el 95 % la de los agresores gozan de impunidad.

El activista explica que inició unas protestas sociales en favor de los derechos LGTBI+ y contra el gobierno de Juan Orlando Hernández, presidente al que se ha vinculado con casos de narcotráfico y corrupción, que le ha costado que hoy pueda enfrentarse a penas de 6 años, tras tumbarse la medida que contemplaba hasta 20 años de cárcel o pagar una cuantía “imposible”, bajo el pretexto de que toda protesta –aunque sea pacífica y cívica- está considerada como un acto terrorista en Honduras. Una realidad que cuenta con el beneplácito de la Iglesia y las Fuerzas Armadas, dos poderes que tienen mucha influencia a la hora de aprobar o tumbar leyes. De hecho, en 2005 se cambió la Constitución para prohibir el matrimonio igualitario y la adopción a parejas homoparentales.

“Violencia, violencia, violencia”, explica Néstor, mientras relata cómo vivió el asesinato de su primo por estar también vinculado en la defensa de los Derechos Humanos. “Nadie investigó la muerte de mi familiar, ni mis amenazas, ni la persecución que enfrente por 3 meses, querían que lo hiciera yo por mi cuenta, porque nadie iba a mover un dedo.”, lamenta.
La múltiple discriminación que sufren las personas LGTBI del colectivo llega al entorno familiar, social, laboral, educativo e institucional. Los jóvenes activistas que buscan la configuración de un país democrático son amenazados, perseguidos y asesinados.

Este 28 de junio alza la voz y su lucha por las personas trans hondureñas, quienes se encuentran en el foco de las agresiones, odio y prejuicios de la sociedad del país. “Son de las personas más valientes, porque se muestran tal y como son, aun sabiendo que pueden morir asesinadas y al no estar reconocidas por ninguna ley de identidad de género”.

Susana –nombre ficticio-, activista trans hondureña, vivió como las fuerzas armadas mataron a varias de sus compañeras, después de raparles el pelo, violado y agredido verbal y físicamente. “Trabajaba en una cafetería cuando escuchábamos como las fuerzas de seguridad agarraban y golpeaban a mis compañeras de lucha. Muchas desaparecían y otras eran asesinadas con el silencio cómplice del Gobierno”, lamenta.

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TránsitoNéstor, activista LGTBI+ hondureño: “Asesinaron a mi primo, pero quiero regresar a mi país para seguir luchando por los DDHH, aunque implique la muerte”