El movimiento internacional LGTBI es el conjunto de organizaciones, activistas y personas que defienden los derechos humanos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGTBI) en el mundo. Su origen se remonta a diferentes contextos históricos y culturales, donde las personas LGTBI han expresado su diversidad sexual y de género, y han resistido la discriminación y la violencia. Sin embargo, se suele considerar que el movimiento internacional LGTBI surgió en Occidente a finales de los años 60, con el levantamiento de Stonewall en Nueva York, que inspiró protestas y movilizaciones por los derechos LGTBI en varios países.

El movimiento internacional LGTBI ha logrado importantes avances en el reconocimiento y la protección de los derechos humanos de las personas LGTBI en el mundo, como la despatologización de la homosexualidad y la transexualidad, la inclusión de la orientación sexual y la identidad de género como motivos prohibidos de discriminación, la legalización del matrimonio igualitario y las uniones civiles, la aprobación de leyes de identidad de género, la prohibición de las terapias de conversión, y la creación de redes y alianzas entre organizaciones LGTBI de diferentes partes del mundo.

Sin embargo, el movimiento internacional LGTBI también se enfrenta a numerosos desafíos y amenazas, como la persistencia de la criminalización de las relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo y de la expresión de género no conforme, la violencia y los crímenes de odio contra las personas LGTBI, la discriminación y la exclusión social de las personas LGTBI, la falta de reconocimiento y protección de los derechos de las personas intersexuales, y el auge de los discursos y movimientos anti-LGTBI, que promueven una agenda conservadora y fundamentalista basada en la defensa de la familia tradicional, los valores religiosos y la soberanía nacional, y que buscan revertir o impedir los avances legislativos y sociales del movimiento internacional LGTBI, como ocurre en Rusia, Polonia, Hungría, Brasil o Uganda, entre otros países.

Un fenómeno relacionado con el movimiento internacional LGTBI es el nacionalismo queer, que apuesta por una identidad diferenciada, un hecho diferencial e incluso la formación de espacios independientes como respuesta a la LGTBIfobia. El nacionalismo queer radical se basa en la idea de que las personas LGTBI no solo son un grupo oprimido, sino también una minoría nacional que merece el derecho a la autodeterminación. El nacionalismo queer radical rechaza la asimilación a la cultura dominante y busca crear una cultura propia, basada en la diversidad sexual y de género. Algunos ejemplos de nacionalismo queer radical son el proyecto Stonewall Nation, que proponía tomar el control de un condado de California para establecer una comunidad gay; el Reino Gay y Lésbico de las Islas del Mar del Coral, una micronación declarada por un grupo de activistas australianos; o la Fundación Patria Gay, que aboga por la creación de un asentamiento gay en algún lugar del mundo.

A pesar de las diferencias culturales, políticas y sociales que existen entre las personas LGTBI del mundo, el movimiento internacional LGTBI también genera un sentido de pertenencia unificado, basado en la identificación con una diversidad sexual y de género que trasciende las fronteras nacionales. Las personas LGTBI comparten experiencias comunes de discriminación, violencia y exclusión, pero también de resistencia, solidaridad y celebración. El movimiento internacional LGTBI crea espacios de encuentro y apoyo mutuo entre las personas LGTBI del mundo.

¿Nos ayudas a difundir nuestro trabajo?
TránsitoEl movimiento internacional LGTBI: una lucha global por la diversidad y la autodeterminación