El 9 de enero de 2009, hace hoy 15 años, una bala acabó con la vida de Cynthia Nicole, una activista trans que luchaba por los derechos y la salud de las personas trans en Honduras. Nicole, de 32 años, fue tiroteada por tres hombres desconocidos desde un coche en marcha en el barrio Guaserique de Comayaguela, una localidad cercana a la capital, Tegucigalpa. Recibió tres disparos en el pecho y uno en la cabeza, según los testimonios de otras activistas de derechos humanos (Human Rights Watch, 2009).

Nicole era una líder del Colectivo Violeta, una organización que trabaja desde 1995 para defender los derechos y la salud de las personas trans en Honduras. Nicole se dedicaba a informar sobre el VIH/SIDA y los derechos humanos, y a representar a su comunidad ante los medios de comunicación y en diversos foros nacionales. “Cynthia Nicole luchó incansablemente para garantizar la protección de los derechos básicos de las trabajadoras sexuales trans”, dijo Juliana Cano Nieto, investigadora del Programa de Derechos de las Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero de Human Rights Watch (2009).

El asesinato de Nicole se produjo en un contexto de violencia creciente contra la comunidad trans en Honduras. En noviembre y diciembre de 2008, hubo otros cinco ataques, dos de ellos mortales, contra personas trans por parte de agresores desconocidos. El 20 de noviembre, un atacante mató a Yasmin, una trabajadora sexual trans y compañera de Nicole. Al día siguiente, el 21 de noviembre, un atacante disparó a Bibi, otra trabajadora sexual trans, mientras trabajaba en el Obelisco, un parque en el centro de Comayaguela. El 17 de diciembre, un atacante apuñaló 14 veces a Noelia, una tercera trabajadora sexual trans. Además de estos ataques, el 20 de diciembre, miembros de la policía agredieron a una activista trans que realizaba trabajo de prevención del VIH/SIDA en Tegucigalpa.

Las autoridades hondureñas afirmaron haber encontrado el coche abandonado de los asesinos de Nicole y las vainas de las balas, y estar buscando a los atacantes. Sin embargo, las activistas trans denunciaron que la policía y el poder judicial no habían tomado medidas efectivas para encontrar a los responsables de los otros casos. “La impunidad agrava la violencia”, dijo Cano. “Si las autoridades no investigan los ataques, las víctimas no tienen motivos para denunciarlos, y son blancos fáciles para las represalias”.

“La comunidad trans está aterrorizada”, dijo Indyra Mendoza, directora de la organización lésbica y feminista Cattrachas. “Pero estos ataques no silenciarán a la comunidad en Honduras, y seguiremos trabajando para que se reconozcan y protejan los derechos de las personas trans”.

Nicole es una de las muchas personas trans que han sido asesinadas por su identidad de género en todo el mundo. Su memoria nos recuerda la importancia de seguir luchando por la justicia y la dignidad de todas las personas LGTBI.

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