Un anuncio de chicle Extra que mostraba a dos mujeres besándose en un coche fue el blanco de numerosas críticas y denuncias por parte de algunos espectadores australianos, que lo consideraron ofensivo e inapropiado.
Según el organismo de control de la publicidad de Australia, Ad Standards, el anuncio fue el tercero más denunciado en 2023, con un total de 126 quejas. Los denunciantes alegaron que el anuncio promovía la agresión, el sexo y las relaciones homosexuales de forma innecesaria y sin consentimiento.
El anuncio, que se emitía en horario matinal, se basaba en la canción Call Me Maybe de Carly Rae, y mostraba a dos mujeres que, tras masticar un chicle Extra, se ponían a bailar y se besaban en silueta al final.
Ad Standards rechazó las quejas y defendió que el anuncio no contenía ninguna escena de sexo ni de violencia, y que el beso era una muestra de afecto mutuo y consensuado entre las mujeres. Además, afirmó que el anuncio respetaba los valores de la diversidad y la inclusión, y que no discriminaba ni ofendía a ningún grupo social.
Por su parte, la empresa Mars Wrigley, responsable del anuncio, declaró que su intención era transmitir un mensaje de confianza y amor propio, y que celebraba la igualdad y la diversidad de todas las personas. Asimismo, expresó su esperanza de contribuir a crear un mundo más justo e inclusivo.
No es la primera vez que un anuncio que incluye a personas LGTBI+ genera controversia en Australia. En 2022, Samsung tuvo que retirar un anuncio en el que una madre apoyaba a su hijo drag queen, tras recibir una oleada de comentarios homofóbicos.