Brasil es uno de los países más diversos y acogedores del mundo, especialmente para las personas que huyen de la persecución por su orientación sexual o identidad de género. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Brasil ha reconocido a más de 11.000 personas refugiadas de 79 países diferentes, de las cuales alrededor de 300 son LGBTQ+1.
Estas personas encuentran en Brasil una oportunidad de vivir con dignidad y libertad, lejos de la violencia y la discriminación que sufren en sus países de origen. Sin embargo, también se enfrentan a numerosos desafíos, como el idioma, la cultura, el acceso al trabajo, la salud y la educación, y la integración social. Por eso, el ACNUR y sus socios ofrecen diversos programas de apoyo y asistencia a las personas refugiadas LGBTQ+, como cursos de portugués, orientación legal, atención psicosocial, becas de estudio y capacitación profesional1.
Uno de estos programas es el proyecto “Somos Todas”, que busca empoderar a las mujeres trans y travestis refugiadas y solicitantes de asilo en Brasil. El proyecto, que cuenta con el apoyo del ACNUR y la organización local Casa 1, ofrece talleres de arte, cultura, salud, derechos humanos y emprendimiento, así como un espacio seguro de convivencia y expresión2. El objetivo es promover la autonomía, la autoestima y la inclusión social de estas mujeres, que son uno de los grupos más vulnerables y estigmatizados de la sociedad.
Otro ejemplo de solidaridad y acogida es el de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) de Río de Janeiro, una congregación cristiana inclusiva que abraza la diversidad sexual y de género. La ICM ofrece servicios religiosos, sociales y culturales a las personas LGBTQ+, incluyendo a las refugiadas, y les brinda un espacio de fe, esperanza y amor3. Además, la ICM participa activamente en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la homofobia y la transfobia en Brasil y en el mundo.
Estas iniciativas demuestran que Brasil es un país que respeta y celebra la diversidad, y que está dispuesto a ofrecer una nueva vida a las personas que buscan refugio por motivos de orientación sexual o identidad de género. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar la plena integración y protección de estas personas, que siguen enfrentando barreras y prejuicios en su día a día. Por eso, es necesario seguir trabajando para sensibilizar a la sociedad brasileña sobre la realidad de las personas refugiadas LGBTQ+, y para fortalecer las políticas públicas que les garanticen sus derechos y su bienestar.
Fuentes: 1: Brasil abre sus brazos a las personas refugiadas LGBTQ+ | FairPlanet 1 2: Proyecto Somos Todas empodera a mujeres trans y travestis refugiadas en Brasil | ACNUR 2 3: Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Río de Janeiro | ICM Río 3