En 1985, el director Stephen Frears estrenó Mi hermosa lavandería, una película que se convirtió en un hito del cine LGTBI y que retrató la compleja realidad de los inmigrantes en el Reino Unido. La película narra la historia de Omar (Gordon Warnecke), un joven paquistaní que se hace cargo de la lavandería de su tío en Londres, y que se reencuentra con su antiguo amigo Johnny (Daniel Day-Lewis), un skinhead que se ha alejado de la violencia y el racismo de su grupo. Entre ellos surge una relación amorosa que tendrá que enfrentarse a los prejuicios y las dificultades de una sociedad hostil y conservadora.
Mi hermosa lavandería fue una de las primeras películas que mostró abiertamente una relación homosexual interracial, sin caer en los estereotipos ni en el victimismo. Los personajes de Omar y Johnny son complejos y contradictorios, y su amor es una forma de resistencia y de búsqueda de identidad. La película también aborda otros temas como el choque cultural, la discriminación, la marginación, la explotación, la corrupción y la ambición. Todo ello con un tono de comedia ácida y de crítica social.
La película fue un éxito de crítica y de público, y recibió varias nominaciones y premios, entre ellos el BAFTA al mejor guion original. Sin embargo, también generó mucha controversia y rechazo por parte de algunos sectores de la sociedad británica, que la consideraron una ofensa a los valores tradicionales y una provocación a la moral pública. La película fue censurada en algunos países y recibió amenazas de boicot y de violencia por parte de grupos extremistas.
A pesar de las dificultades, Mi hermosa lavandería se ha convertido en un clásico del cine LGTBI y en una obra de referencia para la comunidad migrante. La película es un testimonio de una época y de una realidad que aún hoy sigue vigente y que nos invita a reflexionar sobre la diversidad, la tolerancia y el respeto. Mi hermosa lavandería es una película valiente, original y necesaria, que nos muestra que el amor puede florecer en los lugares más insospechados.
