Hace 36 años, el 9 de enero de 1988, más de 10.000 lesbianas y gays salieron a las calles de Londres para manifestar su rechazo a la Cláusula 28, una enmienda legislativa que pretendía censurar y estigmatizar la homosexualidad en el Reino Unido. Fue una de las mayores movilizaciones del movimiento LGTBI en la historia del país, y marcó un hito en la lucha por los derechos y la visibilidad de las personas no heterosexuales.
La Cláusula 28, también conocida como Sección 28, fue una adición al Local Government Act 1988, una ley que regulaba el funcionamiento de los gobiernos locales en Inglaterra, Gales y Escocia. La enmienda fue promovida por el gobierno conservador de Margaret Thatcher, y establecía que una autoridad local “no promoverá intencionadamente la homosexualidad o publicará material con la intención de promover la homosexualidad” o “promoverá la enseñanza en cualquier escuela mantenida de la aceptabilidad de la homosexualidad como una relación familiar fingida”. La Cláusula 28 suponía una grave violación de los derechos humanos de las personas LGTBI, ya que les negaba el acceso a la educación, la información y el apoyo sobre su orientación sexual, y les sometía a una discriminación institucionalizada.
La Cláusula 28 provocó una fuerte oposición por parte de diversos sectores de la sociedad, especialmente de las organizaciones LGTBI, que se movilizaron para denunciar el carácter homófobo y retrógrado de la medida. El 9 de enero de 1988, miles de personas se congregaron en Hyde Park y marcharon hasta Trafalgar Square, donde se celebró un mitin con discursos de activistas, artistas y políticos. Entre los oradores se encontraban el escritor Ian McKellen, la cantante Jimmy Somerville, el diputado laborista Chris Smith y la líder del Partido Socialista de los Trabajadores, Lindsey German. La marcha fue pacífica y festiva, y contó con el apoyo de numerosos colectivos, como sindicatos, estudiantes, feministas, ecologistas y antirracistas. La protesta fue un ejemplo de solidaridad y resistencia frente a la opresión, y demostró la fuerza y la diversidad del movimiento LGTBI.
La Cláusula 28 entró en vigor el 24 de mayo de 1988, pero no logró silenciar ni erradicar la homosexualidad. Por el contrario, generó una mayor conciencia y movilización social en defensa de los derechos LGTBI, y dio lugar a la creación de nuevas organizaciones y campañas, como Stonewall, OutRage! o Queer Nation. La Cláusula 28 fue finalmente derogada el 21 de junio de 2000 en Escocia por el Ethical Standards in Public Life etc. (Scotland) Act 2000, una de las primeras leyes promulgadas por el nuevo Parlamento escocés, y el 18 de noviembre de 2003 en el resto del Reino Unido por la sección 122 del Local Government Act 2003. La derogación de la Cláusula 28 fue un triunfo para el movimiento LGTBI, que celebró el fin de una de las leyes más discriminatorias y vergonzosas de la historia británica.
La marcha contra la Cláusula 28 fue un acontecimiento histórico que merece ser recordado y reivindicado por las generaciones actuales y futuras de personas LGTBI. Fue una muestra de valentía, dignidad y orgullo, y un paso adelante en la conquista de la igualdad y la libertad. Hoy, 36 años después, seguimos luchando por nuestros derechos y por una sociedad más justa y diversa. No olvidemos nuestra historia, ni a quienes la hicieron posible.