Alexandra Skochilenko, de 33 años, fue declarada culpable de difundir información falsa sobre el uso de las fuerzas armadas y el abuso de autoridad por parte del gobierno ruso. Sus seguidores la consideran una pacifista y una víctima de la censura y la homofobia.
Moscú, 20 de diciembre de 2023. Bajo los gritos de “¡Vergüenza!” de sus partidarios, la artista y activista Alexandra Skochilenko, también conocida como Sasha, fue sentenciada el miércoles pasado a siete años de prisión por un tribunal de Moscú. La acusación se basó en el artículo 207.3 del Código Penal de Rusia, que prohíbe las críticas al gobierno y al ejército rusos.
El hecho que desencadenó el juicio ocurrió el 31 de marzo de 2022, cuando Skochilenko cambió las etiquetas de precios de un supermercado por pegatinas con mensajes contra la guerra de Rusia en Ucrania. Entre los mensajes se encontraban denuncias sobre un supuesto ataque ruso a un teatro en Mariupol que habría dejado cientos de muertos, así como frases como “El coste de esta guerra es la vida de nuestros hijos” y “Putin nos ha estado mintiendo desde las pantallas de televisión durante 20 años”.
Skochilenko, que es abiertamente gay, admitió haber dejado los mensajes pero negó haber cometido un delito. Según dijo, su intención era detener la guerra y expresar la verdad. “Mi bisabuelo no participó en la Gran Guerra Patria [Segunda Guerra Mundial] durante cuatro años para que Rusia se convirtiera en un estado fascista y atacara a Ucrania”, afirmó.
La defensa de Skochilenko argumentó que el caso era una violación de la libertad de expresión y de la protesta pacífica, y que la condena era desproporcionada y motivada por el odio hacia las minorías. Además, señaló que Skochilenko sufre problemas de salud, como la enfermedad celíaca y un defecto cardíaco congénito, que podrían agravarse en la cárcel.
Skochilenko es una reconocida ilustradora y música que ha participado en varias exposiciones y conciertos. También es autora de un libro sobre la depresión que ayudó a desestigmatizar los problemas de salud mental en Rusia. Su caso ha recibido la atención y la solidaridad de muchos activistas y organizaciones de derechos humanos, como Amnistía Internacional, que ha pedido su liberación inmediata y ha denunciado las leyes de censura que se aplican en Rusia.
Durante la audiencia, Skochilenko lució una camiseta colorida con un gran corazón rojo impreso y hizo una forma de corazón con sus manos. “Cada persona en esta sala sólo quiere una cosa: paz. ¿Por qué luchar?”, dijo en su declaración final.