El Día Internacional del Migrante, una oportunidad para visibilizar y defender los derechos de las personas LGTBI migrantes y refugiadas.

El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000 con el objetivo de reconocer el papel y la contribución de las personas migrantes al desarrollo sostenible de los países de origen, tránsito y destino (Naciones Unidas, n.d.). Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que hay alrededor de 281 millones de personas migrantes en el mundo, lo que representa el 3,6% de la población mundial (OIM, 2020).

Entre estas personas migrantes, hay un grupo especialmente vulnerable y diverso: las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGTBI) que se ven obligadas a abandonar sus países de origen por motivos de persecución, violencia o discriminación debido a su orientación sexual, identidad o expresión de género o características sexuales. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 70 países criminalizan las relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo, y al menos seis prevén la pena de muerte para estos casos (ACNUR, n.d.). Además, muchas personas LGTBI sufren abusos, torturas, violaciones o asesinatos por parte de actores estatales o no estatales, así como la falta de acceso a servicios básicos como la salud, la educación o el empleo (OIM, n.d.).

Estas violaciones de los derechos humanos empujan a muchas personas LGTBI a buscar refugio o asilo en otros países, donde esperan encontrar protección y oportunidades de integración. Sin embargo, el proceso migratorio no está exento de riesgos y dificultades, tanto en las rutas de tránsito como en los países de acogida. Las personas LGTBI migrantes y refugiadas se enfrentan a múltiples barreras legales, administrativas, sociales y culturales que dificultan su acceso a una protección internacional efectiva y a una inclusión social plena. Algunos de estos obstáculos son la falta de vías migratorias seguras y regulares, la invisibilidad o el rechazo de sus solicitudes de asilo por parte de las autoridades, la discriminación o el acoso por parte de otros solicitantes de asilo o de la población local, o la escasez de recursos y servicios específicos para atender sus necesidades (CEAR, n.d.).

Ante este panorama, el Día Internacional del Migrante se presenta como una oportunidad para visibilizar y defender los derechos de las personas LGTBI migrantes y refugiadas, así como para promover una gestión humana y ordenada de la migración que tenga en cuenta la diversidad y la dignidad de todas las personas. Para ello, es necesario que los Estados, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y los medios de comunicación se comprometan a implementar y difundir el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018, que incluye una serie de principios y objetivos para garantizar una migración basada en el respeto de los derechos humanos y el desarrollo sostenible (Naciones Unidas, 2018). Entre estos objetivos, se destaca el número 15, que insta a los Estados a “garantizar el acceso de los migrantes a los servicios básicos”, y el número 16, que les llama a “empoderar a los migrantes y las sociedades para lograr la plena inclusión y la cohesión social” (Naciones Unidas, 2018).

Asimismo, es imprescindible que se reconozca y se valore el aporte de las personas LGTBI migrantes y refugiadas al desarrollo de las comunidades de origen, tránsito y destino, tanto desde el punto de vista económico, como social, cultural y político. Las personas LGTBI migrantes y refugiadas son agentes de cambio que enriquecen la diversidad y la innovación de las sociedades, y que contribuyen a la construcción de un mundo más justo, igualitario y solidario. Sus experiencias, conocimientos, redes y capacidades son recursos que deben ser aprovechados y potenciados para el beneficio de todos y todas.

En este sentido, es fundamental que se fomenten espacios de participación, diálogo y colaboración entre las personas LGTBI migrantes y refugiadas y los actores locales, como las autoridades, las organizaciones, los colectivos y los medios de comunicación. Estos espacios pueden facilitar el intercambio de información, el apoyo mutuo, la sensibilización, la incidencia y la movilización social en favor de los derechos de las personas LGTBI migrantes y refugiadas. Algunos ejemplos de estas iniciativas son la Coalición Internacional de Ciudades Inclusivas y Sostenibles de la UNESCO (UNESCO, n.d.), la Red Estatal de Acogida de la OIM (OIM, n.d.), o la organización ACATHI, que presta apoyo específico a las personas LGTBI migrantes y refugiadas en España (ACATHI, n.d.).

En definitiva, el Día Internacional del Migrante es una ocasión para celebrar la diversidad y la humanidad de las personas migrantes, y para reafirmar nuestro compromiso con la protección y la inclusión de las personas LGTBI migrantes y refugiadas. Como dijo la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, “se trata de defender nuestra humanidad común a través de la solidaridad en la acción” (UNESCO, 2020).

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